La nueva biblioteca central de San Diego cuenta con suelos de Durapalm y madera contrachapada en siete de sus nueve plantas, lo que aporta calidez y elegancia natural a este hito de la arquitectura moderna. Elegida por Rob Quigley Architects para complementar los materiales de superficie dura del edificio, la madera de palma refleja el icónico paisaje playero de la ciudad, donde abundan las palmeras.

Desde la planta baja hasta las salas de lectura de la 9ª planta, el cálido e intenso brillo de Durapalm es inconfundible. Realza espacios clave como la galería de arte, la sección de libros raros, las estanterías, las vitrinas, los estrados, las consolas multimedia, las estanterías y las mesas de lectura. Este material sostenible de inspiración local contribuyó a hacer realidad la visión de los diseñadores de crear un espacio público atemporal e icónico para la comunidad.